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'The Last of Us' tiene todos los mimbres para convertirse en LA SERIE de 2023. Quien haya jugado al videojuego (como un servidor) sabe que sus virtudes no podían quedarse circunscritas únicamente al entorno gaming y que, de una u otra forma, debían ser patrimonio del imaginario colectivo. Su guion, profundamente cinematográfico, apuntalado por una historia emocional, desgarradora, nada obvia y narrativamente sofisticada, merecía dar el salto a la pequeña pantalla y lo ha hecho convertida en una de las mejores series del año para la crítica.
Pedro Pascal, que en unos meses estrenará en Disney+ otro bombazo televisivo como la tercera temporada de 'The Mandalorian', y Bella Ramsey, que antes de aparecer en 'The Last of Us' ya salió en 'Juego de tronos', protagonizan la adaptación de HBO del histórico videojuego de Naughty Dog basado en el periplo postapocalíptico por Estados Unidos de Joel y Ellie, que, en mitad de una pandemia que ha diezmado a la sociedad mundial a partir de la propagación de un hongo llamado cordyceps que controla las funciones motoras y cerebrales de las personas, deberán sobrevivir no solo a hordas de infectados carentes de humanidad, sino al terror de una civilización despojada de moralidad y (re)construida sobre las ruinas de una sociedad que "tal y como la conocemos cae", nos comentaba Pedro Pascal en una entrevista antes del estreno de 'The Last of Us'. "Lo que hace la humanidad es alzarse en forma de sociedades fascistas y controladoras, lo cual es algo absolutamente aterrador".
A medida que vayan estrenándose los nueve episodios de la primera temporada, y después de preguntarnos si necesitamos jugar al videojuego de 'The Last of Us' antes de ver la serie de HBO, en FOTOGRAMAS iremos analizando cada semana las principales diferencias que vemos entre uno de los buques insignias de la última generación de consolas y la ficción protagonizada por Pedro Pascal y Bella Ramsey. De la polémica de las esporas y el curioso cambio de época en la que se desarrolla la trama, a todas las licencias creativas, escenas y personajes que la serie ha incorporado o modificado, y que no aparecen en el videojuego. Y pese a que uno de los rasgos de identidad de la primera temporada de 'The Last of Us' es lo fiel que resulta a ojos del videojuego (el propio creador de la historia, Neil Druckmann, ha pilotado el proyecto junto al director de 'Chernobyl', Craig Mazin), estos son los principales cambios que ha introducido la adaptación de HBO...
🚨 Si todavía no has visto los dos primeros episodios de la serie, huye de este artículo como si un chasqueador estuviera persiguiéndote por las calles de Boston: el siguiente listado contiene spoilers de 'The Last of Us' 🚨
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La muerte de Tess es muy diferente en la serie
Si en el videojuego la última voluntad de Tess era enfrentarse, ella sola y arma en mano, a las fuerzas miliares de FEDRA para que Joel y Ellie pudieran escapar del ayuntamiento una vez descubren que está infectada, en la serie de HBO el sacrificio del personaje interpretado por Anna Torv alcanza cotas más épicas y heroicas: hace volar por los aires el vestíbulo del consistorio para acabar no ya con un grupo de soldados, sino con una horda de infectados que han acudido al ayuntamiento alertados de la presencia de los protagonistas por la red de conexión de cordyceps presente en Boston (y cuyo funcionamiento os explicamos en el siguiente apartado). Antes de morir, Tess recibe el beso (fúngico) de uno de los infectados en la que podemos definir ya como una de las imágenes más impactantes e icónicas de toda la historia de 'The Last of Us'. Y sí, su muerte es mucho mejor en la serie que en el videojuego.
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La red de conexión entre infectados a través del cordyceps
“El hongo también crece bajo tierra. Sus fibras son como cables, algunos de varios kilómetros. Por ejemplo, si pisas donde hay cordyceps, despertarás a decenas de infectados en otra parte. Y si saben dónde estás, irán a por ti.” Esto que explica Tess a Ellie en el segundo episodio de la serie es una de las principales novedades de la adaptación de HBO respecto al videojuego: el concepto del hongo no solo como transmisor de la enfermedad, sino como medio de geolocalización, y la idea de la existencia de una red interconectada de cordyceps que se propaga a través de este hongo creciendo por las superficies y que, al habitar en el organismo de los infectados, les convierte en criaturas más sensibles y receptivas, alertándoles de tu posición desde el momento en que entras en contacto con esa red de cordyceps.
"Me gustó mucho la idea de que los infectados estuvieran conspirando contra nosotros de forma unificada y se convirtió en un concepto muy terrorífico que acabamos incorporando a la serie", comentaba Neil Druckman en una entrevista a Collider sobre esta licencia creativa que cambia las reglas de juego en 'The Last of Us' y que incorpora una nueva habilidad de los infectados que no aparecía en el videojuego.
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La harina nos hace viajar, por primera vez, fuera de Estados Unidos
Como ya ocurriera con el prólogo de la serie, y más concretamente con aquella escena de dos epidemiólogos debatiendo en 1968 sobre la posibilidad de una infección por cordyceps en humanos, la escena inicial del segundo episodio de 'The Last of Us' (puro 'Chernobyl' de Craig Mazin en vena) expande su universo prepandémico e incide en esa idea de indagar en la fase previa al estallido del brote con el objetivo de seguir aportando base científica a la idea del contagio, explicando así el origen de la infección.
En esta ocasión y por primera vez desde el lanzamiento del videojuego en 2013, viajamos a otro país, hasta Yakarta, capital de Indonesia, para cruzar la frontera de Estados Unidos que no había traspasado el videojuego y confirmar así una teoría que los creadores de la serie habían deslizado con anterioridad y que no se explora en la trama de Naughty Dog: el origen del virus se encontraría en la harina, "el sustrato perfecto" para la propagación del hongo que provoca la infección, según la profesora de Micología que aparece en los primeros minutos de del episodio y que confirma que una fábrica de harinas de Yakarta podría ser el principal foco de contagio.
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En la serie no atraviesan el edificio inclinado de Boston
Vendría a ser la Torre de Pisa del Boston postapocalíptico, las Torres Kio de un Madrid marcial hostigado por las bombas, una de las postales más icónicas de 'The Last of Us': la de un rascacielos parcialmente demolido, apoyado de forma antinatural sobre otro edificio que sostiene la estructura que queda de él tras ser bombardeado por las fuerzas de FEDRA con el fin de acabar con cualquier rastro de vida (y por tanto de infectados) en un sector perimetrado fuera de la zona de cuarentena. "Bombardearon casi todas las ciudades grandes para evitar que el virus se propagara", explica Tess a Ellie en el segundo episodio de la serie, donde los protagonistas deciden no adentrarse en este edificio y dar un rodeo hasta llegar al Ayuntamiento. A diferencia de lo que ocurre en la adaptación de HBO, Joel, Tess y Ellie sí que atraviesan en el videojuego este emplazamiento, en mitad de aquella tormenta nocturna con la que finaliza el primer episodio de la serie, recorriendo las diferentes plantas de un edificio de oficinas atestado de infectados y chasqueadores.
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La época y el arco temporal son distintos
Primera y llamativa diferencia: mientras que en el videojuego la trama principal de 'The Last of Us' se desarrolla a lo largo de 2033, en la serie han optado por ubicar la historia diez años antes, en 2023, coincidiendo así con el año de estreno de la adaptación de HBO y haciendo que el periplo postapocalíptico de Ellie y Joel coincida con la actualidad.
Esto, a su vez, implica otro cambio temporal: originalmente, el prólogo del videojuego en el que estalla la pandemia sucede en 2013 (en su momento coincidió con el año de lanzamiento del videojuego de Naughty Dog), pero en la serie los sucesos que vemos al principio se producen en 2003. De hecho, al margen del rótulo que nos sitúa en esa época, el primer episodio desliza algunas referencias temporales como el retrato del entonces presidente de Estados Unidos George W. Bush que cuelga de la pared del colegio de Sarah, la hija de Joel.
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La ausencia de máscaras y esporas
Es, probablemente, uno de los cambios más sustanciales y polémicos: en el videojuego, los supervivientes necesitan hacer uso de una máscara de gas para evitar infectarse y protegerse en lugares cerrados y sin iluminación de las esporas, que aparecen de forma recurrente a lo largo de toda la trama. Pero, ¿en qué consisten las esporas? Son una suerte de partículas en suspensión, la forma básica del hongo del cordyceps que éste expulsa cuando crece en paredes y otras superficies una vez ha devorado a su portador, y que, en caso de respirarlas, provoca la infección inmediata de una persona.
A lo largo de la serie de HBO, veremos algunas de estas imágenes tan icónicas del videojuego. Las de un hongo enorme (y repulsivo) ramificándose por muros, suelos y techos como tentáculos, expandiéndose desde el cuerpo de un chasqueador o un hinchado. Pero, a diferencia del videojuego, los personajes de la serie no tendrán que usar ninguna máscara de gas para protegerse de las esporas. Podrán estar en contacto con ellas sin contagiarse.
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La escena inicial de los científicos no aparece en el videojuego
Una de las licencias más interesantes que se permite HBO en su adaptación del videojuego es arrancar la serie en 1968, 55 años antes de la época en la que se desarrolla la trama principal de 'The Last of Us', con una secuencia inicial en la que dos epidemiólogos debaten en un plató de televisión sobre la posibilidad de que un hongo de origen animal mute y salte a las personas controlando sus funciones motoras/cerebrales y provocando así una pandemia que pondría en jaque a la humanidad.
La escena no forma parte del videojuego y, más allá de evocar las advertencias que los epidemiólogos expresaron en los meses previos al estallido del COVID-19, hunde sus raíces en la dimensión más real y científica de 'The Last of Us', aquella que rehúye del virus zombie caído del cielo y que aborda la infección que protagoniza la trama desde una perspectiva lógica y racional.
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La serie profundiza más en el prólogo de la historia
15 minutos. Eso es lo que, capacidad y virtuosismo del jugador mediante, dura más o menos en el videojuego el histórico prólogo de 'The Last of Us', uno de los clímax emocionales de la trama ya en los primeros compases de la historia, punto álgido de guion que recoge el estallido de la pandemia en Austin (Texas) y la muerte de Sarah, hija de Joel. Pero, así como el videojuego arrancaba ya de noche, justo cuando Sarah entrega a su padre un reloj reparado como regalo por su 32 cumpleaños, la serie lo hace mucho antes, en la mañana de ese mismo día. Y lo hace con la voluntad de profundizar en los eventos que rodearon el inicio del brote y desarrollar algunas referencias que en el videojuego pasan más desapercibidas. Es ahí cuando surgen diferencias puntuales:
👉 Todas las imágenes previas al momento en el que Sarah regala el reloj a su padre no aparecen en el videojuego y son cosecha propia de la serie: desde el desayuno entre padre e hija, pasando por las escenas en el colegio y la tienda de relojes, hasta esa secuencia en casa de una vecina anciana que empieza a convulsionar (en un extraordinario segundo plano) a ojos del espectador y de un border collie.
👉 La brutal escena en la que Sarah entra a la casa de sus vecinos y es atacada por una anciana infectada no aparece en el videojuego, sino que en éste sucede justo lo contrario: es un vecino, Jimmy Cooper, quien irrumpe en casa de Joel y Sarah atravesando una puerta de cristal para atacarles.
👉 En el videojuego, el accidente de coche que sufren Joel, Sarah y Tommy durante los disturbios de Austin, cuando intentan escapar de la ciudad, no es provocado tras la caída y estallido de un avión como sucede en la serie, sino porque otro coche les enviste y choca contra ellos.
9
El niño de las zapatillas de Boston
Es uno de los momentos más impactantes y descarnados del primer episodio de 'The Last of Us'. La secuencia de un niño desamparado que deambula por las inmediaciones de la zona de cuarentena de Boston, portador de unas zapatillas que funcionan como un fugaz leitmotiv visual que nos permite reconocerle antes de que Joel lo lance a la pira en la que queman los cadáveres infectados. Con él acomete la serie la elipsis temporal de 2o años que separa los acontecimientos del prólogo de la trama principal que arranca en 2023 y, mientras el videojuego utilizaba a un Joel envejecido y marchito por los episodios trágicos de su pasado para introducirnos en ese nuevo universo postapocalíptico, son esas zapatillas las que nos aproximan por primera vez a Boston en la adaptación televisiva de HBO.
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10
Ellie aparece antes en la serie que en el videojuego
La primera vez que vemos aparecer a Ellie en el videojuego es en el momento en el que el personaje interpretado por Bella Ramsey en la serie trata de asestar una puñalada a Joel tras el tiroteo entre los Luciérnagas y los mercenarios de Robert. Las escenas de la adaptación de HBO que nos muestran a Ellie como prisionera, incluidas aquellas en las que adoptamos el punto de vista de Marlene y de su milicia revolucionaria, no aparecen en el videojuego, por lo que la presentación de su personaje y de ese carácter subversivo y gamberro que tanto caracteriza a Ellie se produce antes en la serie que en el videojuego.
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En el videojuego es Tess quien mata a Robert
El conflicto de contrabando con Robert, que desencadena en última instancia que Ellie acompañe a Joel y Tess, se desarrolla de forma distinta en la serie y el videojuego: mientras que en la primera la traición de Robert se produce por una batería de camión (en mal estado) que éste intenta vender a los Luciérnagas y que Joel iba a utilizar para ir en busca de su hermano Tommy, en el videojuego es un lote de armas lo que causa el enfrentamiento de Joel y Tess con Robert, quien igualmente termina rompiendo su trato vendiendo esa mercancía por el doble a los Luciérnagas. Y si en la serie Robert muere por el fuego cruzado en el tiroteo con la milicia revolucionaria de Marlene, en el videojuego es Tess quien le dispara en la cabeza tras descubrir que ha traicionado el trato que tenían.
Javier Díaz-Salado
Se perdió una mañana de instituto para ver el final de ‘Perdidos’ y, aunque la leyenda cuenta que está en FOTOGRAMAS por sus tortillas de patata, la realidad es que lleva en la revista desde 2016 como “el chico de los vídeos”. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, un día se cansó de vivir entre muggles y, antes de que ‘Cinema Paradiso’ y ‘El espíritu de la colmena’ despertaran su fascinación por el séptimo arte, decidió (no) crecer imaginando su infancia entre hobbits y jedis. Vive enamorado de Emma Watson y Michael Scott, y está convencido de que su cima en la vida ha sido, es y será decirle a Viggo Mortensen en un ascensor que todavía guarda una figura de acción de Aragorn.
